lunes, 17 de septiembre de 2007

La otra ocasión navegando por Internet me tope con una nota que me pareció muy interesante y cuando la iba leyendo poco a poco me dí cuenta de que era tan veraz lo que se menciona que no resistí la tentación y me la fusile para publicarla en este espacio, claro con algunas modificaciones.
Espero sea del agrado de los lectores y me interesa saber las opiniones que se puedan tener al respecto.
LAS DESILUSIONES MÁS GRANDES DE LAS MUJERES
No hay una mujer igual a la otra. Todas tenemos nuestra carrera, nuestros objetivos, nuestros sueños. Todas somos distintas.Sin embargo, nos une el amor en este campo somos todas parecidas. Nos enamoramos y decepcionamos exactamente de la misma manera, no me puedo explicar por que coincidimos tan brutalmente en este ámbito. Estas desilusiones que se detallan a continuación pueden, en principio, parecer un escaso muestrario de la realidad. No obstante, son las que sufre cualquier mujer. Los hombres pueden encontrarlas caprichosas, o incluso superficiales, pero, desgraciadamente, no por ser arbitrarias o subjetivas duelen menos.1. Cuando te das cuenta que tu papá ya está casado con tu mamá. Cuando tienes tres o cuatro años, estás convencida de que tu papá es también tu novio. Con picardía e ilusión, le dices a todo el mundo que cuando seas más grande te vas a casar con él.
Tu padre, el primer hombre que te prometió todo, el que te hizo creer que eras la más linda de todas, el que te llevó de viaje y te cubrió de muñecas, el que le dijo a todo el mundo que eras su princesa, en realidad, ya está casado con otra.
Esta desilusión no es mi caso personal, pues mis padres se separaron cuando yo era muy pequeña, por lo tanto mi padre me es indiferente.2. Cuando una amiga te traicionaDesde el primer día del jardín de infantes hasta el último año del colegio secundario, la persona más importante de tu vida es otra mujer: tu mejor amiga. Le confiesas cosas tan privadas y patéticas, que luego de algunos años, comparten una intimidad conjunta. Nada puede separarlas. Juntas sobreviven a las injusticias de padres, maestros. Juntas sobrellevan las maldades de otras chicas y el pánico de la adolescencia. Juntas son una sola.Pero llega un día, en que tu mejor amiga besa al chico del que estuviste enamorada, en secreto, durante toda la secundaria. ¡Al amor de tu vida! ¡A tu futuro marido! ¡Al padre de tus hijos! Lo besa y quiebra para siempre tu cándida confianza de íntima amiga. De alguna forma, la trastornada llegó a la conclusión de que tu pasión también era la suya. Y ese beso la transforma en una persona distinta, lejana, siniestra. Una persona que nos recuerda, que una amiga es una amiga, pero también es otra mujer.
Pienso que esto es realmente doloroso, y si he de confesarlo soy yo la que ha tenido que asumir el papel de la amiga traicionera, y las consecuencias las pague muy caro, pues mi amiga perdió toda la confianza en mi y desafortunadamente me dejo de hablar y sinceramente la hecho de menos aun a estas alturas…
3. Cuando te cortas el pelo bien cortito pensando que ibas a quedar fantástica y quedas lo contrarioCada tanto las mujeres nos levantamos insatisfechas. Algunas veces, intentamos solucionarlo comiendo cuatro kilos de masas finas, llorando frente al espejo o gastando en trapitos caros y mal cosidos que jamás nos vamos a poner. Pero también, de vez en cuando pasa, que ese mismo día concurren otras dos variables: hace calor y vemos una película de Halle Berry.Apenas la vemos, pensamos en lo linda que es, en lo bien que le queda el pelo corto y en lo cómodo que debe ser cuidarlo, y decidimos (como si pudiésemos decidir algo con tanta tristeza) que nosotras necesitamos un cambio como ese.Al día siguiente, le marcamos prepotentemente la foto de una modelo semi-calva al peluquero, que babea, degenerado, pensando en todo lo que va a poder tusar. Mientras nos corta el pelo, revolvemos revistas, hablamos frivolidades y nos imaginamos nuestro nuevo look. Cuando termina su tarea y gira la silla la imagen resulta tristísima. Además de una mujer deprimida, somos, desde ese momento, una mujer masculina, con el corte de un colectivero. Y no habrá hebillita, fijador de pelo o postizo que nos pueda ayudar.4. Cuando te preparás durante días para una cita y el tipo no aparece. No lo puedo evitar, cada cita con nuevo prospecto gasto la millonada claro en realidad no tengo los millones sino unos cuantos centavos. Me compro un par de zapatos y una cartera, un perfume y ropa, cambio de look, me pongo las mil y un mascarillas, en fin quede como un figurín…y oh sorpresa cuando el galancete de balneario no aparece por ningun lado ¡que odioso! TANTO PARA NADA
Lo unico que quedaba era irme al cine con mis amigas. 5. Cuando te rompen el corazón por primera vez. 6. Cuando te das cuenta que tu marido es igual a todos los maridos de las series del canal Sony. 7. Cuando te meten los cuernos La comedia romántica es mi género preferido. Me encantan las películas de Drew Barrymore, de Renee Zellwegger y de Meg Ryan, porque son como yo: imperfectas, torpes, vulnerables, impulsivas.tambien me gustan las de Cameron Díaz, Julia Roberts o Gwyneth Paltrow porque son como ellas tres: gélidas, almidonadas e inverosímiles.El caso de Jennifer Aniston es más complejo. Sus comedias siempre me resultaron insulsas y ella misma no me generaba ninguna empatía, sin embargo, un buen día se divorció de Brad Pitt y todo cambió. Desde entonces, ella tiene, para mí, un candor especial, y sus comedias, siendo las mismas, me hacen reír.No hay ninguna enfermedad que se propague de forma tan efectiva como el síndrome de Jennifer Aniston. No hace falta más que hablar con una amiga o prestarle una revista para contagiarla.A las mujeres, nos conmueve cualquier cosa, pero sólo una realmente nos quiebra: que le rompan el corazón a otra mujer. Somos capaces, quizá, de cerrarle la puerta a un perro que pide comida o de ahorrarnos una limosna, pero jamás podríamos darle vuelta la cara a una mujer engañada por su marido.El de Jennifer Aniston es, además, el caso extremo (casi rozando la pesadilla). Su marido la engañó con la mujer más sexy del mundo, se casó con ella, adoptó a todos sus hijos, la embarazó de mellizos y salió en millones de revistas cargando pañales y enfriando mamaderas.Todas buenas razones para que a mí me gusten ella y todas sus películas.8. Cuando hacés dieta y no adelgazás ni 100 gramos.Una mujer que hace dieta una semana y luego no baja de peso, además de ser una gordita, es un brusco animal herido. En efecto cuando se baja de la balanza, se parece más a un toro al que le clavan las primeras banderillas que a una mujer decepcionada.Es tal su enojo, que, en la mayoría de los casos, se arroja sobre una montaña de panes con manteca o una bañadera de mayonesa, creyendo, ilusa, que es una suerte de venganza. Esta obtusa vendetta, lejos de serenarla, ensancha el problema hacia el infinito. Con seguridad, la semana siguiente, aun habiendo esquivado chorizos pecadores y una pastafrola tendenciosa, la balanza le hará pagar, con adiposidades, cada despechado mignoncito. Y a su vez, esta misma experiencia potenciará un nuevo festival de lágrimas y carbohidratos, que no tardarán en hacerse cadera y pantorrillas.Una mujer que hace dieta una semana y no baja de peso, no es una gordita triste, es una crisálida de hiperobesa.9. Cuando te prometen todo y te dejan a los 4 días.Así como hay sádicos a los que les gusta amagar que van a levantarse y bajarse del colectivo para ilusionar a la gente que va parada, también hay hombres a los que les encanta usar el tiempo futuro, decir “nosotros” en todas las oraciones e, inmediatamente después, desaparecer.Los síntomas no tienen misterio. En general, declaran amor a primera vista y te presentan a sus amigos en la segunda cita. También adoran decirte “cuando nos casemos” y “cuando vayamos juntos de vacaciones” en la misma semana que dicen “fuimos demasiado rápido” y “necesito espacio”.El problema es que, no importa cuánto hayamos madurado, caemos siempre en la misma trampa, y no por sacar la venda de un tirón, la herida duele menos.

CONFLICTO EN DARFUR

Aunque tiene raíces bastante más antiguas, el actual conflicto se inició cuando concluía la Segunda Guerra Civil Sudanesa, que enfrentó al norte musulmán del país con el sur, mayoritariamente cristiano y animista. Esta guerra agudizó las tensiones entre la población negra y la de origen árabe en Darfur, a pesar de que ambas son mayoritariamente musulmanas.
La región de Darfur se encuentra en el oeste de Sudán, en la zona limítrofe con Libia, Chad y la República Centroafricana, e integra tres estados (Shamal Darfur, o Darfur Septentrional, Gharb Darfur, o Darfur Occidental, y Janub Darfur, o Darfur Meridional. Darfur fue un sultanato independiente hasta 1916, en que se incorporó al Sudán anglo-egipcio.
Excepto en el norte, donde predomina la población nómada de origen árabe, en la región de Darfur conviven etnias negras africanas con población de origen árabe. La etnia africana más importante son los Fur, de los que toma su nombre el territorio, pero hay varias etnias más, entre las que destacan los Zaghawa y los Masalit. Estas tribus negras se dedican principalmente a la agricultura, y comparten el territorio con varios grupos étnicos minoritarios de origen árabe, llegados a la zona posteriormente, conocidos como Baggara (literalmente, "los de las vacas") y dedicados sobre todo al pastoreo nómada.
Los conflictos interétnicos se deben sobre todo a la competencia por los escasos recursos de la zona, y se han agudizado en los últimos decenios debido al considerable aumento demográfico y a las condiciones climáticas adversas. Durante las décadas de 1980 y de 1990 se produjeron varios enfrentamientos entre las poblaciones negra y árabe. Especialmente cruentos fueron los producidos entre 1985 y 1988, en los que se calcula que perecieron violentamente alrededor de 5.000 personas de etnia Fur y unos 400 árabes, [2] coincidiendo con la terrible sequía y consiguiente hambruna que asolaron la región. Después de 1989, la llegada al poder en Sudán de un régimen militar de signo islamista alentó las esperanzas de las tribus árabes, y durante los años 90 tuvieron lugar varias guerras de dimensiones locales. Fue durante esta época cuando se organizaron los Yanyauid, grupos árabes paramilitares, que lanzaron numerosos ataques contra las comunidades Fur y Masalit. [3]
A comienzos del siglo XXI, coincidiendo con la Segunda Guerra Civil Sudanesa, se agudizaron aún más las tensiones interétnicas entre las poblaciones negra y árabe. Entre los primeros se extendió el sentimiento de que eran relegados por el gobierno. A comienzos de 2003, dos grupos negros rebeldes — el Movimiento Justicia e Igualdad (MJI) y el Movimiento de Liberación de Sudán (MLS) — acusaron al gobierno sudanés de oprimir a la población negra en favor de los árabes. El MLS, más amplio que el MJI, se relaciona generalmente con los Fur y los Masalit, así como con el clan Wagi de los Zaghawa, mientras que el MJI se asocia más bien al clan Kobe de los Zaghawa.

martes, 11 de septiembre de 2007

NECESITO SABER POR QUE EL CONGRESO DE LA UNION NO PUEDE APROBAR LA INICIATIVA DE UAN LEY QUE LLEVE COMO TITULO "LEY GENERAL"